¿Es La Palma?

En plena travesía, este es mi paisaje permanente. Miro por la ventana del camarote y recupero esta imagen pintada en tierra.

Recuerdo ahora la primera vez que viajé a La Palma, mi padre nos hizo subir a cubierta de madrugada para contemplar la entrada en el puerto: ¡Hijos, vean qué maravilla! La armonía de aquella ciudad que se perfilaba ante nosotros en aquella tenue luz del amanecer fue inolvidable. Y aún la retengo en la memoria, que resucita cada vez que oigo el "Pájaro Chouí" cuya melodía sonaba por los altavoces del barco en ese momento...

¡Chouí, chouí, chouí, cantaba...!

Hoy, al menos tengo el privilegio de tener esa imagen presente.

Cuando llegue el barco a La Palma, esta vez, seguro que no subiré a cubierta para ver la entrada en puerto...